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domingo, 18 de diciembre de 2011

LOS DEPREDADORES DEL TAPYR (2)

De nuevo otra propuesta de esta extraña historia.

SEGUNDA ENTREGA


LOS ESCRIBANOS

Avanzo penosamente ( a veces venciendo la caleidoscópica visión del texto a través de las lágrimas) intentando dar coherencia a datos y documentos.  

Algunos hallazgos parecen a primera vista simplemente absurdos, como el archivo “tinta_veneno.docx” que contiene lo que quizás sea una extraña información que se  titula en su primera página “sobre entintamiento de tapyres” (¿?) . Pero lo absurdo se tranforma en un sinsentido horrendo del que intentaré informar en otro momento en que me sienta capaz.

Otras veces lo encontrado es sencillamente terrible: estudios predictivos sobre costes de liquidación prolongada, experimentos sobre confusión y desorientación de tapyres, experimentos sobre provocación de agresión intergeneracional entre tapyres, planes de alimentación guiada y enriquecida de la presencia, informes sobre seguimiento con tecnología GPS de le petit empereur (en los que, por cierto, frente a lo que se creia y defendian  tan dogmática y apasionadamente los etólogos de la corriente justificativa de la Universidad de Pinsconssin, y muy  en particular Skipper,  se demuestra que es territorial y que se desplaza fuera de sus zonas  de caza influido al parece por los solsticios), informes sobre errores típicos del ataque de los miméticos,documentos de un seminario sobre métodos TOP 10 para manipulación de tapyres (con el subtítulo “el TOP 10 y el engaño de la fama, o ¿qué sabemos realmente sobre la inteligencia del tapyr?”), estructura del sistema límbico de le petit empereur (en el que se informa entre otros descubrimientos del inquietante dato de que su amigdala es del tamaño de una patata pequeña), etc, etc.

Se entenderá entonces que cada palabra de estos informes, aquí  volcada, la simple coma que acabo de escribir, cueste tanto. Es esa sensación nauseosa unida al ánimo sombrio que no  logro superar lo que lo hace todo tan difícil. En realidad no estaba preparado para esto. Lo de las grandes manadas engañadas y acosadas por los grandes miméticos y sus carroñeros hasta hacerlas entrar en pánico y  ponerlas al borde del desastre en los años recientes, y el abismo del que habíamos logrado alejarlas sólo unos pocos hombres y mujeres en acciones temerarias realizadas a riesgo de ser arrollados, parecía que ya era experiencia suficiente y que no habría nada peor que conocer respecto a la maldad en el estúpidamente llamado reino animal (¡ah!, ¡la república!, ¡qué falta hace para impedir tanto regio interés!). Pero ahora sé que no es así, que aún no se habían agotado las cosas insoportables.

Pero también hay algún encuentro con hechos graciosos, como torpezas en ataques de los predadores, de las que se hace referencia ocasional. Eso, aunque por breve tiempo, anima.

He estado trabajando dias en la recomposición de un puzzle a partir de archivos fragmentados y alguno encriptado, guiado por una sospecha que me azuzó desde que leí el informe “sobre entitamiento de tapires”. Parecía que eran conocidos dos depredadores diferenciados relacionados  genética y morfológicamente, y aunque también miméticos serían muy distintos a los ya informados. Y siguiendo la pista de la tinta se han hecho evidentes.

Esos dos depredadores, de la especie miméticos (evito conscientemente la discusión sobre el nombre, ya que fijé posición teórica en la anterior aportación y me cansan estas discusiones por irrelevantes), son los vulgarmente conocidos como escribanos, diferenciados a su vez en dos subespecies: el escribano de cuello corto (scriptor propagandysticus) y el escribano de cuello largo (scriptor paracientificus).

Ambos son dos aves de tamaño considerable y de ellas la más voluminosa es el escribano de cuello corto.  A pesar de su gran tamaño raramente se les encuentra pisando el suelo, excepto en algún ataque a los tapyres. Viven en las copas de la estructura arbórea que da cobijo a todos los habitantes de la jungla sanitaria, en puestos muy selectos, bien soleados, y desde los cuales puedan tener una clara visión del desplazamiento de los tapyres. 

Su presencia está bien establecida, según los informes descubiertos, en zonas del norte y, ocasionalmente, del centro peninsular. Prefieren  sin embargo habitar los confines de lajungla sanitaria en ese espacio impreciso en que la vegetación se dulcifica y anuncia el comienzo de los campos paranínficos (de apariencia tan pacífica como engañosa), de tal forma que puedan adentrarse en uno u otro espacio en función de sus necesidades alimentarias, siendo por ello clasificados también entre las especies oportunistas (en realidad podrían ser considerados omnívoros si no lograran acceder a los tapyres, pero también en esto existe una irritante discusión entre investigadores).

Su forma de caza es expresión paradigmática de los métodos de engaño, manipulación y sorpresa con final fatal. Para tal fin segregan un fluido viscoso, negro y pegajoso que emana un olor especial que recuerda a la tinta de imprenta, extendiéndolo  sobre el tronco de los árboles en los que anidan. Y esperan (siempre es esa espera lo que más terrible me parece en esta historia).

Ese olor pareciera muy atractivo para algunos tapyres, que se aproximaran e intentarán embadurnarse con la secreción del scriptor con el fatídico efecto de quedarse adheridos al tronco untado. Será entonces cuando en un ataque vertical despiadado el scriptor se hará con su presa a la que aveces destruirá llenándola de dudas sobre su conocimiento y desvalorizándola ferozmente (arte del escribano de cuello largo), y otras lo confundirá hasta el delirio no sistematizado inyectándole informaciones tendenciosas, incongruentes y contradictorias con el conocimiento sensorial del tapyr (arma principal del escribano de cuello corto). Ambos en ocasiones seleccionan a algún tapyr al que fascinarán para su utilización como cebo de otros tapyres, garatizándose así una aportación regular de victimas a las que trasladarán a los desiertos en los que sólo los miméticos dominan.

En el seguimiento de sus métodos de caza se ha descubierto un hecho sorprendente: depredadores de diferentes especies parecen cooperar (¡los miméticos cooperan!). Y no parece que sea la simbiosis conocida entre carroñeros y felinos, sino que estamos refiriéndonos a conductas en las que los escribanos parecen trabajar para la presencia o le petit empereur proprcionándoles víctimas ya cazadas.(1)

Existen muy pocos documentos sonoros de las formas comunicativas de los escribanos. De lo conocido se deduce que gustan de la posición territorial central en el espacio que habitan, son más bien solitarios y rivalizan sordamente entre ellos aparentando no verse cuando están cerca (se hipotetiza que de esa forma evitan el contacto directo que reduciría el riesgo de heteroagresión). Las dos subespecies tiene cantos diferenciados que, al igual que sus fluidos, parecen atractivos a algunos tapyres por lo que se cree que en realidad son llamadas de caza (2), si bien los cantos son rítmicamente pobres, comunicativamente inertes y socialmente estériles.

El canto del escribano de cuello largo está formado por cadenas repetitivas en las que se alternan, en una musicalidad preprimitiva, lo que parece el vocablo e-vi-den-ci-a con un sonido parecido a un estornudo que suena bruscamente como algo parecido a ¡sepcis!. Mientras el escribano de cuello corto emite una cadena sonora en ciclos de ocho repeticiones formado por un ruido nasal (in) seguido de un bufido (fó) y de otro sonido oclusivo que recuerda el cacareo (có), pero los ciclos serán del doble de repeticiones cuando está desayunando. La imagen del scriptor propagandysticus mientras emite espasmódicamente los sonidos de su “canto” in-fó-có es descrita como espeluznante y más que un canto semeja  una salva de petardos.

Y lo dejo aquí, por hoy.
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 (1) La recién creada Facultad de Comportamiento de Seres Animados de la Universidad Periférica del Bierzo (más conocida como La Periférica), en un acto de valentía ha iniciado hace unos meses una investigación suicida sobre “simbiosis, cooperación y rivalidad oculta entre los miméticos”. Se teme por sus autores.

(2) Están en curso estudios para identificar posibles variaciones genéticas deteriorantes en los tapyres.

 




Netopir Ignobilis Cundey

4 comentarios:

  1. ¿Debo entender que la especie "mimeticus" está formada por subespecies relativamente independientes,y con diferencias sutiles pero propioas en los rituales de apareamiento y cortejo, mecanismos de defensa y estrategias de ataque y gustos alimentarios?

    Otra duda que me plantea esta lectura es si tal especie de mimeticus conforma una estructura piramidal, jerarquizada y en ese caso si se puede considerar la existencia de un macho alfa (compruebo que las hembras escasean en estas manadas de mimeticus).

    Agradezco de antemano las aclaraciones a estos interrogantes y aprovecho la oportunidad para animarle en esta ardua tarea de desvelamiento de una terrible conspiración.

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  2. Temeré el olor y huiré de los cánticos, pero por favor, alguna otra forma de defensa?

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  3. vaya, el escribano de cuello corto ataca de nuevo

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  4. ¿y la tercera entrega, para cuándo?

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