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jueves, 10 de enero de 2013

BIBLIOGRAFÍA COMENTADA (O COMPARADA). PRIMERA PARTE


 Libros_abiertos : Pila de libros con un libro abierto sobre fondo blanco


Empezamos un nuevo año y lo hacemos exactamente con los mismos interrogantes con los que acabamos en año anterior, en esto de la psicología sanitaria: se crea una profesión de nivel generalista, el Psicólogo General Sanitario, a través de la consecución de un título de Master Oficial (por lo tanto con directrices propias para todo el estado) pero todavía no se ha publicado el desarrollo normativo, ni el currículo formativo, ni las vías transitorias para acceder a tal título para aquellos que ya son licenciados y están trabajando en ámbitos sanitarios, y la muy necesaria, en nuestra opinión, relación con la especialidad de psicología en un recorrido formativo coherente y garantista de la máxima calidad: grado en psicología (no sanitario)-máster en psicología general sanitaria-psicología clínica.

Decimos, entonces, que el desarrollo formativo va muy lento, si es que va de alguna manera, en los ámbitos competenciales de aquellas Administraciones Públicas que tienen la obligación de ordenar la profesión (los Ministerios de educación y sanidad). Quizás en proporción inversa a la intensa actividad de los últimos meses que se ha producido en las organizaciones profesionales, intitucionales y científicas de la psicología, intentando influir en las Administración para que hagan su trabajo y lo hagan de una manera que favorezca el adecuado desarrollo de nuestra formación y ejercicio profesional. Aunque ha habido también en esas organizaciones, intentos de torpedear dicho proceso.

Aunque en menor grado, también se han producido intentos de poner negro sobre blanco las perspectivas que sobre el desarrollo de esta nueva profesión y su encaje con la profesión sanitaria en la psicología existente hasta el momento: la de psicólogo especialista en psicología clínica.

No es que hayan corrido ríos de tinta ni mucho menos, pero se están dando intentos interesantes sobre el tema. Leed "intentos interesantes" desde cierta ironía, porque aunque se "visten" con una capa de rigurosidad (al fin y al cabo debaten en publicaciones científicas), podemos "leer entre líneas" en alguno de esos artículos lo que no son más que argumentos a favor de intereses no muy claros. ¿cómo podemos interpretar si no unos textos donde se deslizan ideas sobre la especialidad de la psicología clínica como un anacronismo en relación con el nuevo espacio europeo de educación superior, o pretenden arrinconar nuestra especialidad a un ámbito forzosamente estrecho del trastorno mental (desde una concepción asimismo estrecha de lo que es la salud y la enfermedad mental)?

Como es costumbre en este blog, enlazaremos los textos a los que hacemos referencias con trasncripciones de los párrafos relevantes, para que cada cual saque sus propias conclusiones:

Empezaremos por el que más os ha sorprendido y alarmado, un artículo de Jose Antonio Carrobles, catedrático del área PETRA de la Universidad Autónoma de Madrid, Presidente de la European Association for Behavioural & Cognitive Therapies (EABCT), y entre otros méritos, presidente de honor de la Asociación Española de Psicología Clínica Cognitivo-Conductual (AEPCCC; no confundir con la AEPC ni la AEPCP), Asociación con una ingente actividad formativa en posgrados de psicología sanitaria y de práctica clínica (se cuidan mucho de inducir a error en la denominación de sus cursos).


Empieza su artículo reconociendo el indudable logro de la creación del título de psicólogo especialista en psicología clínica y el el desarrollo de la formación especializada vía PIR, como una "figura consolidada en cuanto a su prestigio y la calidad de su formación profesional". Pero, como siempre hay un pero, el párrafo siguiente asombra en su contundencia: "Sin embargo, lo que en principio fue y ha sido, sin duda, un gran logro para la psicología española, corre el riesgo de convertirse, como así parece empezar a suceder en la actualidad, en una rémora para la misma, dificultando la consolidación de una psicología clínica moderna y en consonancia con los actuales estándares de la propia psicología clínica de nuestro entorno europeo en cuyo espacio educativo y profesional es imperioso que nos integremos como miembros de pleno derecho del mismo"

En nuestra opinión, ésta es la principal tesis que esgrimirá a lo largo de todo el artículo para intentar atacar el itinerario secuenciado grado-máster-PIR. Lo que nos parece infefendible es que utilice las matemáticas simples del número de años (4+2 frente a 4+2+4) como si fuese un demérito una mejor formación (en el último nivel de tipo profesionalizante en Instituciones Públicas, como ya sabéis que es la formación PIR). Es decir, una vez más comparamos nuestro sistema formativo a la baja con respecto a otros países de nuestro entorno, sobre todo del mundo anglosajón (¡qué desfachatez, añadimos nosotros para darle un toque de humor, pretender tener una formación más larga de los ingleses y norteamericanos!¡habrase visto!).

La otra tesis que entrevemos en el artículo es la de la necesidad de al menos ¡DOS ESPECIALIDADES! de la psicología en el ámbito sanitario: "...una centrada específicamente en la atención psicológica de los trastornos mentales conjuntamente con la psiquiatría (el psicólogo clínico) y otra dedicada más exten­samente a la atención psicológica de los pacientes atendidos en el resto de los servicios o especialidades médicas incluidas en el Servicio Nacional de Salud (el psicólogo de la salud)".

Esta idea, que no criticamos, sobre todo ante el nuevo panorama que se abrirá con el decreto de la troncalidad en las especialidades sanitarias, nos produce cierto sonrojo en un artículo en el que hablará de la figura del psicólogo general sanitario. ¿es que pretenderá equiparar esta profesión como una especialidad? En realidad no deberíamos poner esta frase entre interrogantes porque el mismo autor afirmará, en un parrafo posterior, al hilo de la creación del PGS: "Una pregunta que surge de inmediato al considerar esta situación es la del por qué de la creación de las dos figuras de especialistas con capacidad y competencias profesionales aparentemente muy similares, aunque limitando el ámbito aplicado de una de ellas, la del psicólogo general sanitario" [se refiere a la reserva de plazas en el SNS para especialistas en psicología clínica, lo cual le debe parecer cuestionable].

Una posible deriva de todo esto (que hable de dos especialidades) sería el volver a pensar (porque esto no es nuevo) en dos posibilidades formativas de especialistas sanitarios, como ya tuvieron Y SUPERARON los médicos especialistas: uno centrado en las universidades y otra, la que finalmente resultó, la centrada en un aprendizaje profesional en servicios públicos (el sistema -IR).

Pero no, el autor aboga por serguir el procedimiento de otros países europeos, donde "Esta normativa común supone, por lo que respecta a la formación o especialización en Psicología Clínica, la realización de los correspondientes estudios de Grado o Bachelor en Psicología (de una duración de tres cursos o años y no de cuatro como en el caso de España) y de una formación profesional especializada de máster o de postgrado de unos dos o tres años, en los que se incluye, al menos, un año completo de práctica clínica supervisada o tutorizada". Poco más abajo, insistirá que la situación de tener dos profesionales de la psicología en el ámbito sanitario no es homologable con ninguno de los modelos existentes en los diferentes países europeos. (¿intentará decir que sobra una "especialidad"?).

Eso sí, no deja de "lamentarse" que "A la vista de estos datos cabe preguntarse el porqué del empeño de algunos colegas, profesionales de la psicología, y de algunos políticos y autoridades, entre los que se incluyen, lamentablemente, los propios representantes de nuesttro COP, en complicar hasta tal extremo y poner tantas trabas para el ejercicio de la profesión de la Psicología Clínica en nuestro país, haciendo caso omiso de la realidad europea de nuestro entorno y pareciendo los proponentes de estas propuestas más nuestros enemigos que nuestros aliados" .

MENUDA CARGA DE PROFUNDIDAD...

Por el medio, consideraciones ya manidas de tanto utilizar sin éxito alguno, como son los lamentos porque la LOPS no considerase que toda la psicología era sanitaria, la imposibilidad de acceder a la formación PIR a todos los interesados en el ámbito de la psicología clínica . Y LO QUE ES MÁS SONROANTE AÚN: ni una frase crítica sobre el dimensionamiento de facultades y estudiantes de psicología. Todo lo contrario: "Y todo ello nos lleva a la conclusión de que formamos un contingente importante de profesionales de la Psicología, posiblemente proporcionado a las necesidades de asistencia psiicológica existentes en nuestro país, pero solo utilizamos una ínfima proporción debido a las trabas y limitaciones legales establecidas en los niveles de especiaalización profesional de los mismos."

Y como colofón final, en el apartado de conclusiones, y suponemos que ya que no es posible eliminar la figura del especialista en psicología clínica, insiste en que el período de formación debe quedarse como está, sin anclarlo al nuevo panorama de formación europeo (¡y luego habla de integración de la disciplina psicológica!!!), que la implantación definitiva del psicólogo clínico especialista "no debería interferir ni suponer ninguna limitación para el desarrollo de los programas oficiales de formación del psicólogo general sanitario, tanto en su contenido como en la temporalidad de los mismos"

Y en lo que planteábamos inicialmente, en el deseo de arrinconar la psicología clínica en una esquina del sistema de salud: "La futura figura del psicólogo general sanitario promete ser una buena alternativa profesional complementaria a la ya existente del psicólogo clínico especialista (PIR), al ampliar el campo de las aplicaciones de la Psicología mas allá del estrecho marco aplicado que constituyen los trastornos mentales y los servicios de salud mental y de psiquiatría, donde normalmente se atiende a los mismos, y extender nuestras aplicaciones a los centros de salud y al resto de los servicios médicos especializados incluidos en el Sistema Nacional de Salud y a la propia comunidad o sociedad en general"

No sé si en el fondo debemos agradecer al señor Carrobles por hacer conscientes nuestro propio trastorno mental (o como se le quiera llamar; a partir de sus enseñanzas ahora sabemos que cometemos constentemente en el error lógico inferencial denominado ontologización o reificación, y que consiste en "...atribuir una auténtica existencia real, y no meramente inferencial, a los denominados trastornos mentales, cuando los datos empíricos existentes avalan el hecho de que esos supuestos trastornos mentales no son, en su mayoría, otra cosa que meros constructos teóricos inferidos a partir de los únicos datos de experiencia real existentes, en forma de signos y síntomas, o lo que es lo mismo, meras características orgánicas o formas particulares de comportamiento del sujeto concurrentes o relacionadas entre sí, a cuyo conjunto le atribuimos un nombre arbitrario a través del proceso que denominamos clasificación o diagnóstico y que finalmente es lo que constituye la auténtica realidad inferencial de los que denominamos trastornos mentales".).

Y es que, en una epidemia inaudita, el total de los psicólogos clínicos que trabaja en el SNS pàdecemos una extraña enfermedad consistente en la presencia de alucinaciones visuales y auditivas por la que vemos constantemente a compañeros psicólogos clínicos trabajando en todos los servicios de un hospital (neurología, neurocirugía, hetamología, oncología, traumatología...) e incluso en Atención Primaria y Centros de Planificación Familiar. Algunos, incluso nos pasamos las horas laborales con la convicción delirante que trabajamos en uno de esos servicios, codo con codo con nuestros compañeros de otras especialidades y profesiones sanitarias.

Seguiremos en nuevas entradas comentando otros artículos, no tan interesantes como éste. Ahora, vamos a intentar ponernos a tratamiento.

2 comentarios:

  1. Carrobles: ¿complejo de inferioridad? ¿bienvenido Mr marshall?

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  2. No hombre no...que el problema es que no gana lo suficiente con sus masters y sus mierdas

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