SEGUIMOS
Hemos estado callados, poco pero
algo para como somos nosotros/as. Seguimos la evolución de las cosas. Y nada
fue bien, y no parece que tampoco vayan a ir mejor. Sobre el ambiente social
general no vamos a hablar hoy, sólo decir que recuerda a otros períodos
asfixiantes y oscuros de nuestra historia colectiva reciente.
Sobre la Psicología Clínica, la
Psicología en general, sus organizaciones y sus problemas vamos a detenernos un
poco.
Veamos.
EL MÁSTER Y EL FUTURO PSICÓLOGO GENERAL SANITARIO (PGS)
Ya sabemos, al fín , lo que cabía suponer hace
tiempo: no se accederá al PIR desde la condición de sanitario (PGS). Son
palabras recientes del director General de Ordenación Profesional del
Ministerio de Sanidad. Ha decidido “esperar a ver como funciona” (el PGS). El
contenido de esa comunicación nos es inaprensible y evoca sugerencias que sólo
tangencialmente tienen algo que ver con la Psicología. Para lo que importa: el
recorrido formativo coherente se encuentra kaput.
El PIR será un profesional no sanitario
en proceso de especialización sanitaria. ¿Cuándo adquiere el carácter de
sanitario?: no se sabe, pero las disquisiciones teológicas sobre el momento en
que “los hombres” adquieren el alma podrían arrojar algo de luz sobre este
problema, porque la cuestión tiene un cierto parecido.
A efectos reales, y legales, el
problema tiene no poca importancia: en su proceso formativo el PIR no puede
realizar actuaciones sanitarias sin ser previamente reconocido como profesional
sanitario. Ya hablaremos otro dia de lo que hacer al respecto.
Mientras, las Facultades se afanan en el diseño y
tramitación del Máster, públicas y privadas intentan dotarse de la acreditación
de la ANECA para formar a los futuros PGS.
Pero:
- con 90 créditos (los definidos legalmente) frente
a los 120 originales propuestos para garantizar la adecuada formación
sanitaria. En algunos ámbitos se va haciendo una lectura peculiar de la
formación de Grado de la que se rescatan hasta 30 créditos de “materias afines”
cursadas en el Grado para justificar “un como si se hicieran” los 120 créditos
del máster
- la matrícula se situará en los 6.000 € (el coste
de tres cursos de Grado)
- la limitación de plazas (condición para una
formación con mínimas garantias de calidad) será variable. La Universidad de
Valencia prevé 170 por año (multiplíquese esa cifra por todas las universidades
con aspiraciones, que serán del orden de unas quince cuando menos, incluida
UNED, y la cifra resultante de PGSs generados por año nos augura un futuro
similar al que alcanzó la licenciatura en Psicología, que logró el hito de
convertir a España en el pais con la tasa de psicólogos por habitante más alta
del mundo). Es esperable que en diez años exista una gran cantidad de PGSs en
las colas del paro
-
los másteres hasta ahora realizados en diversas
universidades y empresas privadas (con nombres como “máster en psiclología
clínica” por ejemplo) sólo podrán convalidar como máximo el 15% de los créditos
del Máster que creará al PGS (el único que puede dar título habilitante para el
ejercicio sanitario de un psicólogo no especialista a partir de ahora). La
paradoja va a ser que contenidos similares a los ya cursados, con los mismos
docentes y en las mismas aulas serán cobrados de nuevo a los mismos paganos/as
- se esperan los primeros PGS en junio de 2015
LAS DOTACIONES
PROFESIONALES
Si la cantidad de psicólogos clínicos en el Sistema
Nacional de Salud ya era mínimo (ratios poblacionales reconocidas como muy
altas), su ubicación funcional cuestionable (salud mental casi en exclusiva) y
su organización estructural inadecuada (carencia de Servicios específicos),
estamos cerca del momento en que comenzarán a abandonar el Sistema debido a
jubilaciones una cantidad anual significativa de compañeros/as. La tasa de
reposición del 10% que aplica la administración PP nos aboca a una situación de
merma profesional muy grave.
En un cierto sentido somos una parte más del
desmantelamiento lento del sistema público de salud. Razón de más para
considerar la gravedad de lo que está en curso.
LOS ANTIGUOS LICENCIADOS
Fueron utilizados como argumento
por el Colegio para la movilización de psicología
sanitaria. Supuestamente eran la preocupación de la Conferencia de Decanos
y del Consejo del COP cuando se creó al conflicto que duró todos estos años, y que
se silenció una vez creado el Máster
(tal como preveíamos). Hoy no se habla de ellos. Tampoco se resalta y defiende
por el COP que el título de licenciado faculta para el ejercicio en todos los
ámbitos de la Psicología y que ello no
fue modificado por ninguna ley.
Hay que recordar que son los
centros en los que trabajan, si acaso, los acreditados no ellos/as. Es decir,
si se desacreditara el centro o intentaran esos psicólogos abrir uno nuevo se
encontrarían con que no tienen reconocimiento como sanitarios.
No se les ha previsto una via de
homologación como la utilizada para la
Especialidad (y que tanto boicoteó el COP en su nombre). Pero lo más
escandaloso es que dirigentes relevantes del COP estén considerando la via de
un máster sanitario en una universidad privada para que obtengan el título de
PGS, por supuesto previo pago y realización del mismo.
LA TRONCALIDAD
Ya desde antes de este Gobierno
en el Ministerio andaban a vueltas con la troncalidad en la formación de
especialistas sanitarios. El último borrador de Real Decreto es uno más de los
varios que han circulado hasta ahora:
Proyecto Real Decreto Troncalidad
Prevén que a comienzos de 2014
esté promulgado. Ya veremos. Para lo que nos ocupa hay que resaltar que la
troncalidad era un modelo que podría abrir un futuro desarrollo ordenado de la
Psicología Clínica que permitiría integrar con normalidad y con capacitación
común y suficiente a áreas de desarrollo clínico creciente: neuropsicología
clínica, psicooncología, infantil y adolescencia, psicogeriatría, etc. A su vez
la promulgación de ese Real Decreto era la ocasión de recoger en norma legal el
acceso al PIR desde el PGS modificando el RD 183/2008.
Pues bien: para los gobernantes
del Ministerio ni hablar del tema. Su ignorancia y aversión a la especialidad
sólo es comparable a la abulia, rayana en la acinesia, que manifiestan.
De esta forma comienzan a
desbocarse en el seno de la profesión (más bien en las universidades) cortas ambiciones formulando proyectos de
creación de nuevas especialidades difererenciadas de la Psicología Clínica.
LA COMISIÓN NACIONAL
En proceso de renovación. Como
todas las demás Comisiones Nacionales es previsible su renovación completa. Los movimientos para
“colocarse” de algunas asociaciones de matriz colegial han comenzado (sepcys anda a la búsqueda de su mejor
perfil clínino pero no encuentra postura, algún vanidoso tampoco encuentra
argumento para justificar administrativamente sus pretensiones, y otros,
pobres, quieren pero no pueden).
Pero mientras, nada se sabe aún
de la situación de la denuncia contra sus miembros realizada por el satélite
asociativo más agresivo (y simplón) del Consejo del COP.
EL COLEGIO
Se ha venido afanando en mostrar
interés formal por las preocupaciones de la Psicología Clínica. Jugando con las
palabras y sus significados sostiene ambigüedades calculadas respecto a la
función de los especialistas en ámbitos como la Atención Primaria de Salud.
Mientras va publicando propaganda en forma de artículos sobre los temas de
siempre y con los autores de siempre para preparar las razones que justifiquen
la inserción del PGS en las prestaciones del Sistema Nacional de Salud.
Pero al mismo tiempo está
desarrollando lo que denomina “Divisiones” y en particular la División de Psicología Clínica y de la Salud.
Se anuncia un funcionamiento intolerable por antidemocrático: sus órganos de
gobierno estarían conformados no por elección de los miembros de la
División sino por designación desde la
cúpula del Consejo de la cual sólo es electo a su vez el “lider máximo y atemporal”.
LA GENTE
Aquellos a los que debemos
nuestra existencia profesional, las personas, grupos y comunidades que con sus
necesidades de salud justifican nuestra existencia, están cada vez peor. Los
datos de informes (OCDE, Consejo de Europa) hablan de daños graves en su salud,
de aumento de muertes evitables, de abandono, marginación, sufrimiento, abuso
de tratamientos ineficaces y sólo rentables para la industria petroquímica y
sus dispensadores,..., de más miseria.
Estamos así. Mal. Estamos
convencidos de que al Régimen le importa un bledo la Psicología, la atención
psicológica en salud y el sistema público sanitario. Somos ciudadanos/as y como
tales participamos en la oposición al estado de cosas general, a los retrocesos
sociales y democráticos que definen el nuevo régimen político en el que estamos
viviendo. Somos psicólogos/as, y más en concreto psicólogos/as clínicos/as y
como tales asumimos la responsabilidad de defender el mejor desarrollo de la
Psicología para que esta sea útil a las necesidades sanitarias de nuestra
Comunidad.
En ello seguimos.