Pensábamos que nuestros queridos y amados representantes colegiales se estaban portando medio bien en los últimos tiempos y habían cesado los ataques a la especialidad y a las carreras sanitarias en los Ministerios.
Creíamos
que simplemente estaban pidiendo un simple trámite ministerial con el
que no se podía estar en desacuerdo: la regulación del grado.
Pensábamos
que estaban protestando porque políticos perezosos y distraídos no
estaban haciendo su trabajo… pues nos han engañado.
Que
querían regular el Grado y que estaban dispuestos a todo por el camino,
ya lo sabíamos. En 2016 ya explicábamos cómo estaban hasta renunciar y
oponerse al itinerario a cambio de esta regulación:
Lo que no esperábamos es que llegaran incluso a denunciar a la convocatoria PIR como forma de presión.
Pero todo es válido cuando la situación “genera “un estatus sumamente negativo para el sector de la Psicología en España”, que se traduce en una“peligrosa situación de incertidumbre” sin igual con el resto de países de la Unión Europea. ” ¡JA! Peligrosísima! Para el bolsillo de nuestos representantes colegiales.
Las intenciones están claras: “El
objetivo, según recalcan, es que la regulación del título universitario
permita una reserva de denominación, evitando que ningún otro título de
grado pueda emplear este nombre y sus derivados. Además de establecer
unos criterios mínimos para contar con la titulación, entre los que
mencionan: que se estructure conforme a un total de 240 ECTS;”
La
realidad es que desde el COP y las Universidades buscan una Psicología
que sea UNA, GRANDE y COLEGIADA. Tanto COP como Universidades quieren
que la psicología sea una fábrica, que produzca en masa con la misma
maquinaria de hace 40 años. Las psicólogas producidas en masa serán una
ingente masa de colegiadas que pagarán sus cuotas (si es que logran
vivir de la psicología). Aún por encima, másters y acreditaciones se
retro-alimentan y se generan másters para vender acreditaciones y se
generan acreditaciones para vender másters.
Europa,
a través de Bolonia, busca homogeneizar niveles académicos, pero no
titulaciones, porque considera que las universidades deben adaptarse a
los cambios de la sociedad, y eso implican cambios en los programas
formativos, y la creación de nuevos títulos que puedan tener más salidas
laborales. Esta flexibilidad es contraria a la colegiación obligatoria o
que sean grados de necesariamente de 4 años. Vamos a parar no vaya a
ser que le sangren más los oídos a más de uno.
No nos extrañaba que se hubiesen aferrado con uñas y dientes a la LGSP (Ley 33/2011). Allí se
habla de regular una mención sanitaria, que pueden usar como resquicio
legal para regular el grado.
Nosotras tranquilas porque, realmente, lo
peor que podía ocurrir es que el grado pasara a tener una mención sanitaria. Nos hacía gracia ver cómo lo intentaban. Nos generaba curiosidad ver cómo había aspectos que el Foro de la Psicología: “rechaza modificaciones injustificadas e imposibles de llevar a la práctica.” que le planteaba el Ministerio.http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7289 Éste era un tema menor, insustancial, una cosa de la Universidad.
Todos son risas hasta que alguien se hace daño.
Blancas nos quedamos al ver la propuesta de mención sanitaria del Ministerio:
No
sólo NO se regula el grado, si no que sólo se regula la mención
sanitaria, pero con las troncales del grado. Incrédulidad. Ni una
mención sanitaria decente, ni una regulación de grado, y con la
ridiculez de que la totalidad de los graduados saldrán con una “mención
sanitaria” por cursar asinturas como “orientación vocacional” o
“psicología de las organizaciones”. ¿Que ha pasado? ¿De dónde ha salido
tal engendro?
Para entenderlo, tenemos que acudir a nuestra siempre objetiva hoja parroquial. Comprobamos que el COP tampoco está contento en sus apelaciones:
Dentro del fango jurídico encontramos lo siguiente: “impone
como requisito preceptivo para el acceso al citado Máster el haber
obtenido el título de Grado en Psicología, no la mención en Psicología
de la Salud. ”
Si leemos la LGSP dice que: “Las
universidades que formen a psicólogos que pretendan acceder al Máster
de Psicología General Sanitaria diseñarán el título de Grado en
Psicología previendo, al menos, un recorrido específico vinculado a la
psicología de la salud. Dicha recorrido determinará una mención expresa
al mismo en el correspondiente título de Grado en Psicología. ”
Es decir, y aquí nace el engendro:
-
EL COP, en una interpretación literalísima y muy sui generis. Entiende
que la mención que crea la LGSP es decorativa. Que los políticos la pusieron por ponerle un lacito, y que no hay ninguna frase que literalmente obligue a dicha mención.
Entonces piden, con un par, que se ignore el propósito y el espíritu de
la ley y que no se regule la mención sanitaria y se regule única y
exclusivamente el grado.
-
Desde el Gobierno, acceden a cumplir el espíritu de la LGSP y quieren
regular la mención sanitaria. Además, ellos son los políticos, y si la
ley en su literalidad se pudiera o pudiese interpretar como le da la
gana al COP, pues ya se ponen manos a la obra.
- La Universidad, que ve como modificaciones injustificadas o
imposibles de realizar, pues suponemos que tener una mención sanitaria
tal y como dicta el espíritu de la ley, pues se enroca en no querer
cambiar la maquinaria de hacer graduadas (a ver si va a tener que darles
prácticas decentes y todo). Suponemos la “jugada maestra”, el
Ministerio pide un plan de estudios para la mención sanitaria y le
entregan el plan de estudios del grado.
-
Nosotras atónitas viendo cómo se gesta el esperpento. Cómo cuando la
voluntad de negociar con cartas marcadas y hacer fango pueden llegar
hasta tal ridículo. El COP y las Universidades no han sabido cuál es su lugar,
se han negado a ceder en lo que tenían que ceder, y han exigido lo
dificilmente exigible.
Este
esperpento, nos lo tendremos que comer como colectivo. Nos imaginamos
al COP jugando al Risk con nuestra titulación y dándose palmaditas en la
espalda por las buenas estrategias de “juego de tronos” que han ideado.
Sólo
hace falta una revisión de la hoja parroquial (des-infocop) para
observar el gran esfuerzo político para hacer comulgar a la
administración con ruedas de molino. Da un poco de pena pensar en qué
pasaría si todo ese esfuerzo se dedicara a aumentar las plazas PIR, o a
la creación de nuevas especialidades, o un largo ecétera.