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sábado, 22 de abril de 2017

EL PROPÓSITO SIGUE SIENDO EL MISMO: CARGARSE LA ESPECIALIDAD DE PSICOLOGÍA CLÍNICA






En marzo de 2006 emitíamos un comunicado titulado “dos años de conflicto en la psicología española. ¡Y éste era el motivo!”. 


Decíamos en aquel momento que sectores del COP Estatal y la Universidad, unidos interesadamente puesto que transitan por lugares académicos comunes de la formación posgraduada, estaban jugando con el temor de estudiantes y profesionales ante la supuesta amenaza que suponía la regulación de las profesiones (y los profesionales) sanitarias a través de la LOPS.

Explicábamos que este conflicto no se había producido por lo que se decía puertas afuera (que la LOPS dejaba en una situación de indefensión a los psicólogos sin especialidad; que las funciones propias de la licenciatura quedaban mermadas, que (toda) la psicología era sanitaria…) sino por el afán de control de la formación especializada por sectores académicos y profesionales muy concretos

En aquel momento sólo nos equivocábamos en una cosa. Ilusos de nosotros, preveíamos la pronta resolución del conflicto, una vez aprobada la reforma de los planes de estudios, “... al producirse la desmovilización y con ello el abandono a su suerte de los/as estudiantes y colegiados/as con dificultades laborales, a quienes, si fragua la propuesta que acaban de presentar, se les invitará a continuar en el Máster que proponen, alimentando así bajo precio y a su costa, su esperanza de ejercer profesionalmente algún día…”

Efectivamente, ocurrió tal y como preveíamos (salvo en la duración del conflicto): con un máster profesionalizante para el ejercicio generalista en el sector sanitario, elegido mayoritariamente por los/as alumnos/as por ser el único que se exige para poder ejercer en un ámbito de la psicología.  Ya que se va a realizar una inversión tan vergonzosamente cara, entendemos que se escoja aquella que permita el ejercicio profesional en todos los sectores posibles. Teniendo un máster PGS se puede trabajar en otros sectores; teniendo otro máster, se puede trabajar en diferentes ámbitos excepto el sanitario. 

Estamos en 2017. El número de alumnos que cada año inician estudios de psicología sigue siendo igual de elevado (aproximadamente 20 000 alumnos/as), al igual que el número de egresados (más de 5000); el aumento desorbitado de las tasas universitarias vuelven a convertir la enseñanza universitaria en un privilegio de quienes se lo pueden permitir económicamente. Y en la psicología, el máster en Psicología General Sanitaria, se ha convertido en un negocio muy lucrativo para no pocas facultades (públicas y privadas) y profesores/as. Pero la empleabilidad de la psicología sigue siendo muy baja (independientemente del título universitario posgraduado que se tenga), con alrededor de 20000 licenciados/as y graduados/as como demandantes de empleo.

Si el panorama no ha cambiado, el enemigo sobre el que les interesa mantener el foco (para no convertirse ellos mismos en el foco del malestar) es el mismo: la especialidad de psicología clínica, y su sistema de formación, el PIR. 

Así que de nuevo sectores colegiales y universitarios concentran fuerzas en contra de la especialidad, en los últimos meses con mayor ferocidad. ¿Qué objetivos tienen en el horizonte?: 

1. El CGCOP pretende convertirse en una entidad acreditadora de títulos de especialización profesional, a través de la grandilocuente Comisión Nacional de Acreditaciones profesionales. Inicialmente pretendieron establecer el título de “Psicólogo especialista en Neuropsicología Clínica” (previo pago de 121 euros de tasas), pero sorprendidos en el engaño y la ilegalidad, finalmente se quedaron con el título de “experto”.  

Al CGCOP siempre le molestó la verdadera Comisión Nacional de la Especialidad en Psicología Clínica (cuyos integrantes llegaron a estar denunciados judicialmente por prevaricación y falsedad documental, cargos finalmente desestimados, por supuesto)  y no dudó en utilizar como arietes a asociaciones estudiantiles y profesionales creadas ex profeso y bajo su amparo. Les molesta que sean los Ministerios de Educación y Sanidad quienes tengan las competencias para regular el ejercicio profesional en el ámbito sanitario.

Apuestan decididamente por la creación de títulos de especialistas, otorgados (previo pago) por el CGCOP. Lo ha confirmado recientemente el presidente de la rimbombante comisión de acreditaciones del CGCOP, Mariano Vera. En una vergonzante exposición frente a profesionales que apuestan decididamente por el rigor y la exigencia profesional en el campo de la neuropsicología clínica, y que aspiran a que ésta sea una especialidad vía PIR, expone claramente su deseo que las diferentes especializaciones no sean reguladas por el Ministerio de Sanidad (“los médicos”, dice despectivamente), sino que sean reguladas “por la propia profesión” (es decir, por los que llevan más de 20 años acaparando puestos en la organización colegial, y con tasas que van a parar a las arcas del CGCOP, a los viajes, cenas y desayunos colegiales).

Como representante del CGCOP, y ante un foro de profesionales, Mariano Vera exclamó literalmente: EL PIR ES UN FRAUDE. No debería permanecer un solo día representando al colectivo profesional en ninguno de sus ámbitos de representación.

2. El CGCOP pretende desviar el foco de atención de sí mismo ante quienes se sienten estafados. Tantos años alimentando el relato por el cual el freno de la profesión era la LOPS, que consideraba que la psicología no era sanitaria, y ahora que ya existen profesionales protegidos mediante habilitación o titulación para el ejercicio sanitario generalista, se ve que las posibilidades de empleo son las mismas (escasas).

Pero el CGCOP ha encontrado una nueva escenografía para mantener ese foco alejado de sus personas (sí, son personas individuales que llevan tanto tiempo en las poltronas que ven el Colegio Profesional como su propiedad): la  Atención Primaria como Ítaca, como el lugar natural donde han de ejercer los psicólogos generalistas sanitarios.

Que esto contraviene la legislación y la propia historia de la sanidad pública española, de constante especialización y exigencia formativas, con el Sistema –IR como símbolo de su excelencia, y la reserva de plazas para especialistas sanitarios, no parece ser un obstáculo en la particular odisea colegial.  En su huida hacia adelante, les valen más los juegos de prestidigitación que una planificación responsable del desarrollo profesional. 

3. Algunos sectores de la Universidad, con una propuesta formativa que pasaba por crear másters con directrices propias para todos los ámbitos de la profesión, se encuentran con una única formación posgraduada de esta naturaleza (MPGS), una sobresaturación de alumnos/as que eligen esta opción en detrimento de otros posgrados, y con escasa capacidad para dar salida profesional a, una vez más, tantos egresados. ¿qué hacer? Construir otro relato: intentan desvirtuar la calidad y conveniencia del sistema PIR (haciendo comparaciones a la baja, como si fuera un demérito tener una formación por encima de otros países europeos, lo que da idea del nivel argumentativo) a la vez que pretenden igualar los niveles competenciales del título de Psicólogo General Sanitario y Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

Los intereses convergentes de ciertos sectores colegiales y académicos siempre han estado claros, y han podido mantener una estrategia de constante entorpecimiento durante años, porque tienen recursos económicos, medios de difusión propagandística y relaciones de poder. Si no han conseguido más es porque han tenido enfrente a profesionales clínicos y académicos que han desvelado una y otra vez los engaños y conspiraciones que han tejido, y actuaciones de dudosísima validez legal.

Un nuevo acto teatral ocurrió el 22 de marzo, con el CGCOP arrogándose un papel conciliador, reuniendo a miembros “destacados” de la Universidad y asociaciones profesionales para valorar las diferentes opiniones sobre la “controversia en torno a la carrera profesional de la psicología clínica”. 

Ahora el CGCOP se erige en moderador neutral del conflicto, y para ello hace uso de sus organizaciones satélites, como la  Sepcys, con medidas que pretenden un "salomonismo" equilibrado: "para vosotros esto a cambio de" (el itinerario a cambio de Atencion Primaria). El CGCOP originó ese mismo conflicto hace casi 15 años, y está dispuesto a mantenerlo otros tantos.

Les da igual el futuro de la profesión, el presente y futuro de sus profesionales, y  sobre todo, que es lo que hace que nuestra profesión tenga sentido, las necesidades asistenciales de la población. 

No podemos permanecer callados/as ni inactivos/as. Debemos seguir atentos a los movimientos en contra de la especialidad y del Sistema Nacional de  Salud. Tenemos una historia detrás de dignificación y lucha por la especialidad. No podemos dejarla caer.

#veradimisioncop 

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